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23 May 2024Views 213Iba para monja pero le di mi virginidad a mi padre
Lo tenia decidido, iba a convertirme en monja en un convento de clausura. No podia aguantar mas mis pensamientos lujuriosos hacia mi padre. Pero todo cambia cuando mi progenitor encuentra mi diario secreto donde escribo mis confesiones y acabo entregandole mi virginidad.Llevaba un tiempo con la idea metida en la cabeza de que queria ser monja de clausura, para poder vivir en un convento aislada e intentar no seguir siendo una pecadora. Ocultaba un gran secreto que nadie sabia, era algo inmoral que me hacia sentir sucia. Por mucho que rezara, no conseguia dejar de desear a mi padre. Tenia un diario en el cual plasmaba mis vivencias y lo que me hacia sentir mi progenitor. Escribir me ayudaba a sobrellevar esta penitencia tan grande que cargaba en mi interior.
“Querido diario, ya no aguanto mas. La tentacion me esta venciendo y necesito escapar de esta casa para sanar mis pecados. Tengo pensamientos lujuriosos hacia mi padre, lo cual hace que mis bragas se mojen, como si fuera una vulgar ramera. No puedo reprimir ese instinto tan primario y salvaje. Por eso he decidido convertirme en monja, para aislarme y no ser una oveja descarriada. Si no tengo contacto con mi progenitor, tal vez pueda seguir adelante con mi vida y ser feliz, porque vivir asi es una verdadera tortura.”
Cada vez que escribia un poco, me sentia mejor, aunque esa sensacion no duraba mucho y pronto volvian mis demonios. Hacia unos dias que mi padre apenas me hablaba, ya que estaba muy disgustado con la idea de que fuera monja. Al principio se intereso por si tenia algun problema o si me pasaba algo, porque no era muy normal que hubiera tomado esa decision, pero al no sonsacarme nada, supongo que se resigno a aceptarlo.
No era como las chicas de mi edad, ya que yo no me acostaba con chicos. Yo era virgen, pero no porque fuera una mojigata, sino porque siempre habia tenido la fantasia de entregarle mi virginidad a mi padre. Sin embargo, cuando pensaba en ello, no lo imaginaba como algo romantico con besos y caricias. Lo que realmente me ponia cachonda y hacia que mi vagina babeara, era fantasear que mi padre me sometia y me dominaba de forma salvaje. Eso provocaba que acabara masturbandome y luego me hacia sentir sucia por ello.
Fueron pasando los dias. Me encontraba en mi habitacion, cuando mi padre pico a la puerta.
- Tenemos que hablar, Carmen -pronuncio con voz seria.
- Esta bien, puedes pasar, padre -le indique. Al entrar, se sento en mi cama y me hizo un gesto para que yo tambien me sentara en ella, ya que en ese momento yo me encontraba en la silla de mi escritorio.
- Es sobre lo que hablamos de tu intencion de hacerte monja, hija. Tanto tu madre como yo estamos preocupados por tu bienestar y queremos asegurarnos de que estas tomando las decisiones correctas en tu vida -pronuncio una vez me sente en la cama.
- Ya os dije que la decision estaba tomada y no hay vuelta atras -le conteste, intentando ser lo mas contundente posible para zanjar el tema. No queria estar a solas con el mucho tiempo, de lo contrario no podria mantener mis pensamientos lujuriosos bajo control.
- ¿No tienes nada que decirme sobre por que has tomado esta decision? ¿Tengo algo yo que ver en ella? Ya sabes que tenemos confianza y me puedes contar cualquier cosa -me preguntaba preocupado, yo me moria de ganas de confesar mi deseo por el, pero no me quedaba otra opcion que reprimirme.
- No, estoy bien, puedes estar tranquilo -respondi escuetamente.
- Bueno, ya veo que no me dejas otra opcion que decirte la verdad, hija. Cuando nos contaste tu intencion de querer ser monja, nos preocupamos mucho y estuve buscando en tu cuarto para ver si encontraba algun indicio de lo que estaba pasando, y me tope con tu diario. Siento no haber respetado tu intimidad, pero en este caso era necesario -me confesaba de forma inesperada, y yo queria morirme de la verguenza que sentia, notaba como mi cara se ponia roja.
- !Joder, padre! ¿No me digas que lo habeis leido? -gritaba de forma impulsiva y muy abochornada por la situacion.
- Tranquila, solo lo he leido yo y luego lo volvi a dejar en su sitio. Tu madre no sabe nada de este asunto, por eso queria hablarlo contigo a solas -me explico. Yo seguia nerviosa y avergonzada y no sabia que decir, pero era un alivio que mi madre no supiera nada.
- Pensaras que soy una guarra.
- No hija, te comprendo perfectamente. Cuando yo era joven tambien tuve ese tipo de pensamientos con mi madre.
- ¿Con la abuela?
- Si, con tu abuela Maria.
- ¿Y le confesaste lo que sentias por ella, o te has pasado toda la vida reprimiendo tu deseo? -le pregunte sorprendida por lo que acababa de descubrir sobre mi padre.
- Lo hable con ella y me comento que era algo que pasaba a menudo en nuestra familia, ya que a ella tambien le habia pasado con su padre.
- ¿Y entonces? ¿Como pudiste sobrellevar el malestar que te provocaba desear a tu madre?
- Pues lo mismo que hizo ella con su padre, estuvimos follando durante anos, incluso de vez en cuando algun polvo sigue cayendo cuando nos vemos -me confesaba mientras yo escuchaba atentamente, sin dar credito a todo lo que estaba oyendo.
- No sabes el peso que me has quitado de encima. Ahora me siento mas tranquila sabiendo esto. Bueno, tranquila y cachonda -le soltaba fruto de la emocion por saber que mi padre era igual que yo, lo cual provocaba que mis bragas se empezaran a mojar.
- Pues mira como me tienes a mi -me decia mientras se sacaba la polla del pantalon completamente erecta.
- !Uff, que tentacion! ¿Puedo lamertela, padre?
- Quiero que me la chupes, pero con la condicion de que prometas que dejaras de pensar en ser monja y que esto quedara entre nosotros. Tu madre no puede enterarse bajo ningun concepto.
- Te lo prometo -le conteste y seguidamente me arrodille en el suelo delante de el y admire el miembro de mi padre palpitando a pocos centimetros de mi cara. Era excitante poder estar asi de cerca de eso que tanto habia deseado durante anos. Me anime y empece a pegarle unos timidos lametones para ver que se sentia. Y la verdad es que provoco que mis bragas se empaparan aun mas. Me introduje el glande en la boca y lo succionaba como si fuera uno de los ricos helados que tanto me gustaban, pero este era mejor ya que su sabor a carne de polla paterna me volvia loca. Mamaba todo lo que podia, mi padre gemia y me daba algunas indicaciones, como que lo babeara bien o que lamiera sus cojones. En un momento dado, comenzo a apretarme fuertemente la cabeza para forzar mi inocente garganta provocandome algunas arcadas.
- A ver, quiero que me ensenes ese conito. Lo que mas me excito de todo lo que lei en tu diario es que eras virgen y te reservabas para mi -pronunciaba, y yo me ponia de pie y me empezaba a quitar la ropa. tenia las bragas encharcadas y, al bajarmelas, unos hilos babosos y transparentes se quedaban en suspension en mi vagina hasta que acababan cayendo.
- ¿Te gusta? -le preguntaba mientras me mordia los labios.
- !Joder, hija, !que bonita y rosadita, y encima la tienes llena de jugo! Anda que te iban a dejar entrar las monjas en el convento con el cono asi de pelado. !Me encanta, sin ningun pelo se disfruta mejor! -exclamaba por la grata sorpresa y acercaba su cabeza. Notaba como su humeda lengua empezaba a lamer mis labios y clitoris. Era una sensacion muy placentera, yo gemia y el intensificaba el ritmo. En pocos minutos, note un fuerte orgasmo y me corri, soltando mis fluidos en la boca de mi padre.
- Ha sido una sensacion increible, padre. ¿Quieres meter ahora tu polla dentro de mi chochito virgen? ¿A ver como se siente de caliente? -le tentaba, ya que estaba deseando tener a mi padre rellenando el interior de mis paredes vaginales.
- Claro, hija, es lo que mas deseo, que me entregues tu virginidad -me respondia mientras me tumbaba en la cama boca arriba. Mi padre se ponia encima, y aprovechaba para lamer mis pechos y mordisquear mis pezones. Empece a notar como empujaba con fuerza su pene contra mi estrecha vagina. Le costaba entrar y me dolia bastante. Estuvo un rato insistiendo hasta que finalmente entro y se oyo un chasquido. Note un fuerte dolor, era evidente que me habia roto el himen y por fin le habia entregado mi virginidad a mi padre. Sangro un poco, pero pudimos continuar. El me penetraba primero con delicadeza y progresivamente se volvia mas rudo. Sentia entre dolor y placer, el parecia disfrutar de poder introducirse en mi estrecho orificio recien estrenado.
- Me duele, pero me gusta, padre. Me has estrenado la boca y el cono, pero me encantaria que tambien hicieras lo mismo con mi culo. ¿Que mejor forma de perder la virginidad que haciendo un completo por los tres orificios? -le pedia, y el me cogia, me giraba y me ponia a cuatro patas encima de la cama. Notaba como me abria las nalgas y empezaba a lamerme el ano. Cuando comenzo a apretar su polla contra mi pequena cavidad anal, note mucho mas dolor de lo que habia sentido cuando me revento la vagina. Poco a poco consiguio abrirse camino. Yo tenia la sensacion de que mi culo iba a estallar de lo apretado que lo notaba todo. Sentia mas dolor que otra cosa, pero mi padre jadeaba fuerte y deje que disfrutara al taladrar mi culo a placer.
- Hija, ahora ponte encima mio. Quiero ver como botas con todas tus fuerzas -me indicaba mientras cambiabamos de postura. Me coloque como me dijo y empece timidamente a insertarme el pene de mi padre. El me cogia fuertemente de las caderas y forzaba su miembro hasta el fondo, lo que me producia dolor. Me subia y me bajaba como si fuera un titere a su antojo. Poco a poco el dolor disminuia y aumentaba el placer, ya que estaba cachondisima de estar cabalgando a mi padre mientras podiamos mirarnos fijamente. Note un escalofrio recorriendo mi cuerpo y tuve un orgasmo. Me movia lo mas rapido que podia, ya que queria que se corriera en mi interior y me diera toda su leche paternal. Solo de imaginarlo, volvi a sentir otro fuerte orgasmo que sacudia mi cuerpo. Percibi que mi padre estaba a punto de eyacular, ya que intensificaba sus jadeos. Aproveche para pegar los sentones mas profundos que pude, hasta que mi padre grito que no podia mas. Note como mis paredes vaginales se rellenaban con el esperma de mi progenitor.
- Ufff, ha sido genial follarte. Reconozco que soy un privilegiado, no todos los dias una hija entrega su virginidad a su padre. Estoy orgulloso de ti -me felicitaba mientras observabamos como la gran cantidad de semen caliente que me habia echado en mi interior chorreaba por mi vagina, que acababa de perder la inocencia de forma incestuosa a manos de mi propio padre. No pude resistirme y meti mis dedos por mi entrepierna para llevarmelos a la boca y saborear el jugo de los cojones de mi progenitor. Era la sensacion mas morbosa que habia sentido nunca, leche paternal en mi chocho y en mi boca.
Mi madre no tardo en llegar a casa, si hubiera venido un poco antes se habria encontrado con una conmovedora escena entre padre e hija. Cuando le di la noticia de que no iba a ser monja, ella se alegro muchisimo por mi decision. Lo que no podia imaginar es que mi padre me habia convencido para que cambiara de opinion, follandome los tres orificios y rellenandome de leche. Fue una suerte que fuera el quien encontrara el diario y no ella. Estare eternamente agradecida a mi padre por evitar que tuviera una vida miserable en un convento de clausura, rodeada de monjas. Nuestros encuentros fueron constantes a espaldas de mi madre. Recuerdo aquel dia como el mas feliz de mi vida, ya que pude entregarle mi virginidad como siempre sone. Eso creo un vinculo especial entre nosotros que nos uniria para siempre.
"Si os ha gustado el relato, no dudeis en dejar vuestros comentarios. Dar las gracias a los que puntuan con cinco estrellas. Saber que los lectores valoran el tiempo invertido es una gran motivacion para seguir escribiendo. Gracias."
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